Origen del Caballo
En el oligoceno, hace 30 millones de años, vivía el Mesohippus, ya de dimensiones mucho mayores y con dedos muy torcidos.
Con Merychippus y la llegada del mioceno, hace 10 millones de años, no sólo cambian las dimensiones de los antepasados del caballo a lo largo de la rama principal, sino que también el cerebro sufre un cambio con la creación de nuevos surcos y se vuelve por primera vez equino, En éste periodo, además, los dientes con corona baja se transformaron improvisadamente en Merychippus en molares con corona alta, y se puede pensar que esto se debió al paso de una alimentación a base de hojas de gramíneas.
Durante milenios, el caballo no fue más que una pieza de caza para servir de alimento al hombre prehistórico. Su velocidad de galope no permitía abatirle fácilmente con los medios rudimentarios de entonces.
Pero más tarde la astucia y las emboscadas preparadas por el hombre permitieron hacerse de las manadas de caballos que caían bajo los certeros golpes de los cazadores. Después sobrevino un período de calma, porque el hombre nómada se volvió sedentario, pastor y agricultor, y el caballo, más libre, sufrió una transformación, y por razones inexplicables las manadas disminuyeron, aunque las condiciones de vida debían haber mejorado.
En la edad de bronce el hombre se percató de que el caballo podría convertirse en un elemento utilitario y no sólo como alimento. El caballo empezó a emplearse como elemento de trabajo. En la historia de la humanidad, el caballo se convirtió en pieza vital de una nueva era. Según todos los indicios, el caballo no tuvo origen en Europa, sino que fue importado de alguna apartada región oriental para su utilización doméstica.
Todo apunta a que fue el autor ateniense Jenofonte, nacido en el año 440. A.C. en el seno de una familia aristocrática y alumno predilecto de Sócrates quien escribió la primera manifestación sobre el "arte ecuestre". No solo escribió acerca del caballo, sino que extendió su estudio al jinete, a la caballería y al mando de la misma en su acción colectiva.
Es importante hacer notar que la caballería era el cuerpo militar predominante en los ejércitos persas y griegos, e incluso entre las hordas bárbaras anteriores a nuestra era. Todavía se montaba a pelo, pero ya se jugaba al Polo en Persia. En esta época aparece el primer caballo famoso en la historia: "Bucéfalo" el caballo de Alejandro Magno, cazado y domado por él. A lomos de este caballo Alejandro Magno conquistó países colindantes con el mar Mediterráneo, el mar Negro y el Golfo Pérsico, llegando desde Grecia hasta la India. Siempre a caballo.
Además del Polo, el deporte hípico se manifestó en forma de pugnas de carros de dos o cuatro caballos "cuadrigas" respectivamente, con lo que se iniciaron ya competiciones con reglamentos y espíritu deportivo. Más tarde, durante la dominación bizantina, Constantino consiguió poner en marcha un ejército de caballería de aproximadamente 150.000 hombres perfectamente montados, y fue entonces, cuando apareció la silla con estribos y el hierro de la herradura sustituyó a la defensa de cuero.
Es la época de los mercaderes de caballos que vendía ejemplares procedentes de los países bárbaros del Norte de Oriente y, también de Arabia. Finalmente, llegó la invasión de los bárbaros de Atila. Los hunos llegaron a Roma desde las orillas del mar Caspio, y los árabes llegarían a las puertas de Poitiers en el año 732. Sin embargo, mucho antes, y también atravesando la península Ibérica hasta llegar a Francia los cartagineses de Asdrubal pasaron por España, camino de Italia, con veinte mil caballos Libios, la raza más estimada en aquellos tiempos en que el material equino era de una utilidad indiscutible y se le exigían características determinadas y especiales. A la muerte de Asdrubal, su cuñado Anibal sacó de España con objeto de vencer a los romanos, doce mil caballos con hombres. Esta caballería se acreditó en sus marchas a través de los Pirineos y los Alpes, y esta vez los ejemplares eran peninsulares. Gracias a ella Aníbal se apuntó las victorias en Tessino, Trebia, Cannas y Trasimeno. La dominación cartaginesa hizo mucho en favor de la calidad del caballo netamente español al introducir la sangre de los excelentes corceles libaneses y berberiscos.
Pasamos a la Edad Media. La caballería Española, que estaba considerada como "Escuela de Caballeros" los hijos de los grandes señores o caballeros de alcurnia pasaban su infancia y adolescencia sometidos a una estrecha vigilancia y una constante preparación. Primero bajo la tutela materna y luego bajo la de un preceptor, y cuando apenas tenían diez años eran enviados a los castillos de otros señores a los que servían directamente y de ellos aprendían el arte de ser caballeros. Empezaban por llevar las armas y los escudos, y de ahí el nombre de "escuderos" que se les daba. En los castillos recibían además instrucción literaria y musical, y aprendían idiomas. Se forjaba pues, hombres y caballeros aptos para la guerra y también para la vida palaciega y social de la época.
Cuando Urbano II fue nombrado Papa de la cristianidad, se convocó el Concilio de Clermont. El Papa tenía la idea de unir a toda la cristiandad y para ello utilizó recursos como tales como hacer predicar a Pedro el Ermitaño, recién llegado dela Tierra Santa ocupada por los Turcos. Al grito de "¡Dios lo quiere!" Francia dio el primer paso en la unificación de los pueblos cristianos al movilizar un ejército conjunto a base de caballería, que debía rescatar del turco las tierras palestinas.
Las cruzadas duraron tres siglos, con suerte divisa, pero movilizaron a la caballería de todos los países europeos, y muy especialmente a las de occidente. Ello obligó a la repoblación equina y para ello se procuró por todos los medios traer sementales de oriente, lo que sirvió para mejorar sin cesar las especies particularmente en Francia, en Italia y en Alemania, porque aunque los caballeros de la época necesitaban para la guerra caballos pesados y potentes, también gustaban de utilizar caballos elegantes ligeros y rápidos para la caza, los torneos, las justas y los juegos, así como el tiro de vehículos de viaje.
Entre batalla y batalla, o en épocas de paz se generalizó el empleo del corcel en torneos y juegos a caballos, como una preparación para el tiempo de guerra. Con el tiempo, estos entrenamientos para la guerra habrían de convertirse en el deporte hípico.
Una vez vista la importancia que tuvo el caballo para el hombre a lo largo de la historia, continuamos con la evolución del caballo. Tras Merychippus (hace 10-20 millones de años aproximadamente) aparece Pliohippus (hace 5 millones de años). El Pliohippus vivió en el Plioceno temprano, en la era Cenozoica (hace 10-4 millones de años). Se encontraba en las estepas y llanuras de Norteamérica y se extendió por Asia, África y Europa (algunos de los lugares en los que se encontraron fósiles son Colorado, Dakota del Norte, Dakota del Sur, Canadá y China). Algunas de las razones por las que se trasladó a las zonas más llanas fueron su dieta y la rapidez que adquirió. El clima cambió bruscamente y dio lugar a la desaparición de las especies tropicales en todo el planeta (exceptuando al Ecuador). En su lugar aparecen bosques de hoja caduca y de coníferas, también se extienden las tundras. Aparecen también desiertos y zonas de sabana en Asia y África. El clima se hace más fresco, seco y estacional, muy parecido a los climas modernos.
Se alimentaba de los pastos que encontraba en las llanuras. Esta especie ya alcanzaba los 1.25 metros hasta la cruz y llegaba a alcanzar los 100 kg. Estaba equipado para sobrevivir al nuevo clima. El cuerpo era fuerte y sólido, muy parecido al actual. El cuello también se hizo más fuerte y más delgado, lo que le permitía alargarlo y alcanzar los pastos más altos. Tenía unas piernas largas y delgadas con el casco completamente formado. Sus dientes eran más curvos, y no tenían una raíz muy profunda, pero eran de mayor tamaño lo que ayudó a poder ingerir más cantidad de hierba en un solo bocado. Adquirió además profundas fosas nasales.
Sus descendientes resultarán más familiares: Equus y Asinus.
Capas y Marcas de Los Caballos
Las capas y marcas del caballo, son el resultado de un desarrollo de millones de años, la finalidad era el camuflaje, el cual confundía su entorno, salvándolo de sus depredadores.
En la actualidad es el resultado del control de la cría de los caballos.
El color es por herencia, sin embargo todas las capas cambian, el color que tiene el potro al nacer cambia en el primer otoño de su vida.
Para verificar el color de un caballo debemos fijarnos en el color de las partes extremas las cuales son la punta de las orejas, la crín, la cola y el hocico.
Los colores varían de acuerdo al tipo de raza o tipo, dentro de los principales colores en las capas encontramos:
Negro: De gran admiración, no es común, es seleccionada principalmente para caballos de desfile.
Castaño Oscuro: Color sólido, yendo del marrón profundo al marrón negruzco.
Castaño: Caoba brillante con extremos negros, puede ser claro hasta llegar al rojizo, en ciertas ocasiones presenta mezclas de castaño y castaño oscuro, sin embargo sobresale en cualquier tonalidad los cabos negros.
Alazán: Marrón rojizo o anaranjado, sus tonalidades varían del dorado claro al rojo oscuro, presentando la cola y crín de alazán, puede presentar marcas blancas en las extremidades o en la cabeza, pero no es una característica que se pueda presentar en todos.
Tordo: De una piel oscura como base presenta una mezcla de pelos blancos. El color de este tipo de caballos puede ser el oscuro o color acero, los rodados a simple vista presentan golpes de martillo sobre la grupa, o bien mosqueados al presentar en la capa motas oscuras. Este tipo de caballo nace oscuro y en ocasiones negro, que conforme pasa el tiempo van aclarándose.
Bayo: Dorados, grisáceos, o plateados, con los extremos negros. Presentan rayas oscuras en el lomo y en ocasiones rayas tipo cebra en las extremidades.
Ruano: Con dos o más tonalidades.
Perla: Capa dorada, cola y crín blancas. En su más pura presentación es igual a una moneda de oro nueva.
Crema: Iendo desde beige pálido al blanco, con una base rosa. Con ojos oscuros, en ocasiones cuando presenta ojos azules se les denomina albinos.
Pinto: Presenta manchas blancas y negras, los ojos de este tipo son azules en su mayoría, esto se acentúa si presenta blanco en la cara.
Pío: Presenta áreas blancas con manchas castañas o de tipo alazán; con los ojos azules. En ocasiones presentan dos colores.
Appaloosa: Moteados, con diferentes tipos de manchas las cuales pueden ser de tipo:
Leopardo: Base blanca, motas negras distribuidas a lo largo del cuerpo
Mármol: Base oscura al nacer, pudiéndose aclarar hasta llegar al blanco, sin embargo no pierde las marcas en las extremidades y en la cabeza las cuales parecen barniz.
Manta blanca: Con la parte delantera sólida.
Manta Moteada: Parte delantera oscura y sólida, en los riñones y la grupa con una manta blanca que presenta motas.
Poco Marcado: Base blanca, algunas veces con marcas de leopardo con pocas motas, presentando manchas azuladas o rojizas.
Copos de Nieve: Base oscura con motas blancas.
Escarchado: Base oscura, presentando motas tipo escarcha conforme crece.